Adoptada por la 70ª Asamblea General de la AMM, Tiflis, Georgia, Octubre 2019

INTRODUCCION

La constitución de la OMS estipula que “la extensión a todas las personas de los beneficios de los conocimientos médicos, psicológicos y relacionados es esencial para alcanzar el más alto grado de salud”. El acceso a información de salud relevante, confiable, imparcial, actualizada y basada en evidencia es crucial para el público, los pacientes y el personal de salud en todos los aspectos de la salud, incluida (entre otros) la educación para la salud, la elección informada y el desarrollo profesional, seguridad y eficacia de los servicios de salud, y política de salud pública.

La falta de acceso a la información de salud es la principal causa de morbilidad y mortalidad, en especial en los países con ingresos bajos y medios y los grupos vulnerables en todos los países.

La información sobre atención médica sólo es útil si es relevante, apropiada, oportuna, actualizada, comprensible y precisa. Cubre un amplio espectro de temas y se refiere a enfermedades, tratamientos, servicios, así como a la promoción y preservación de la salud.

La alfabetización en salud es un factor clave para entender cómo funcionan los servicios de salud y cómo usarlos. Los profesionales de la salud necesitan acceso a capacitación y apoyo adecuados para comunicarse con los pacientes con un bajo nivel de alfabetización en salud o con aquellos que tienen dificultades para entender la información sobre la salud, por ejemplo, debido a una discapacidad.

A nivel mundial, miles de niños y adultos mueren inútilmente porque no reciben intervenciones básicas para salvarles la vida. Algunas intervenciones pueden estar disponibles localmente, pero que sólo no se realizan debido a indecisión, atrasos, diagnósticos equivocados y tratamientos incorrectos. La falta de intervenciones básicas para salvar vidas afecta más a las personas vulnerables socio-económicamente.

En el caso de niños con diarrea aguda, por ejemplo, el malentendido generalizado entre los padres que piensan que se deben evitar los fluidos y en el personal de salud que deben administrarles antibióticos, en lugar de la terapia de rehidratación oral contribuye a miles de muertes innecesarias diarias en el mundo.

Los gobiernos tienen la obligación moral de asegurar que el público, los pacientes y el personal de salud tengan acceso a la información sobre salud que necesitan para proteger su propia salud y la de las personas bajo su responsabilidad. Esta obligación incluye entregar educación adecuada, en forma y contenido, para identificar y utilizar dicha información de manera eficaz.

El público, los pacientes y el personal de salud necesitan un acceso fácil y confiable a información médica relevante y basada en evidencia como parte de un proceso de aprendizaje a lo largo del ciclo de vida para mejorar la comprensión y tomar decisiones informadas y conscientes sobre su salud, opciones de atención médica y atención médica que reciben. Estos grupos necesitan información en el idioma correcto, en un formato y nivel técnico que sea comprensible para ellos, con los servicios pertinentes señalizados según corresponda. Esto debe tener en cuenta las características, costumbres y creencias de la población a la que se dirige, y se debe establecer un proceso de retroalimentación. El público, los pacientes y las familias necesitan información que sea apropiada para su contexto y situación específica, que puede cambiar con el tiempo. Necesitan orientación sobre cuándo y cómo tomar decisiones importantes sobre la salud, que generalmente se toman mejor cuando hay tiempo para considerar, comprender y discutir el tema en cuestión. 

Satisfacer las necesidades de información del público, los pacientes y del personal de salud es un requisito previo para lograr una cobertura universal de salud de calidad y los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU (SDGs). “Objetivo 3.8 SDG de la ONU: la cobertura universal de salud busca específicamente que todas las personas tengan servicios de salud básicos de calidad y acceso a medicamentos y vacunas esenciales seguros, eficaces, de calidad y asequibles para todos”. Par lograr esto se requiere el empoderamiento del público y los pacientes y del personal de salud con la información de salud que necesitan para reconocer y asumir sus derechos y responsabilidades a fin de acceder, utilizar y proporcionar servicios apropiados para evitar, diagnosticar y controlar las enfermedades.

El desarrollo y la disponibilidad de la información de salud importante en base a evidencia depende de la integridad del sistema global de información de salud, que incluye a investigadores, editores, revisores sistemáticos, productores de contenido de usuarios finales (incluidos editores académicos, educadores en salud, periodistas y otros), profesionales de la información, responsables políticos, profesionales de la salud de primera línea y representantes de los pacientes entre otros.

RECOMENDACIONES

Reconociendo esto, la Asociación Médica Mundial y sus miembros constituyentes, a nombre de sus miembros médicos, apoyarán y se comprometen a tomar las siguientes medidas:

1. Promover iniciativas para mejorar el acceso a la información oportuna y actual de salud en base a evidencia para los profesionales de la salud, pacientes y público, a fin de apoyar la adopción apropiada de decisiones, cambios en los estilos de vida, comportamiento favorable a la atención médica y mejorar la calidad de la atención, de este modo defender el derecho a la salud.

2. Promover estándares de buenas prácticas y ética que deben cumplir los proveedores de información, garantizando información confiable y de calidad que se produce con la participación de médicos, otros profesionales de la salud y representantes de pacientes.

3. Apoyar la investigación para identificar las facilidades y los obstáculos para la disponibilidad de la información de salud, incluidos los medios para mejorar la producción y la divulgación de información en base a evidencia al público, pacientes y profesionales de la salud, y también las medidas para aumentar los conocimientos sobre salud y la capacidad de encontrar e interpretar dicha información.

4. Asegurarse que los profesionales de la salud tengan acceso a información en base a evidencia sobre diagnóstico y tratamiento de enfermedades, incluida una información objetiva sobre los medicamentos. Se debe prestar una atención particular a los que trabajan en atención primaria en países de ingresos bajos y medios.

5. Combatir los mitos y la información falsa en materia de salud a través de evidencia clínica y científica validadas, e instando a los medios a informar responsablemente sobre temas de salud. Esto incluye el estudio de las creencias relacionadas con la salud que se derivan de las diferencias culturales o sociológicas. Esto mejorará la efectividad de las actividades de promoción de la salud y permitirá que la difusión de información de salud se dirija adecuadamente a diferentes segmentos de la población.

6. Instar a los gobiernos a reconocer su obligación moral de tomar medidas para mejorar la disponibilidad y uso de información de salud en base a evidencia. Esto incluye:

  • recursos para seleccionar, compilar, integrar y canalizar información y conocimiento validados científicamente. Esto debe adaptarse para estar dirigido a varios destinatarios diferentes;
  • medidas para aumentar la disponibilidad de información médica para el personal de salud y los pacientes en los centros de salud;
  • aprovechar la tecnología moderna de la comunicación y las redes sociales;
  • políticas que apoyan los esfuerzos para aumentar la disponibilidad y el uso de información confiable de salud.

7. Instar a los gobiernos a proporcionar apoyo político y financiero necesario para la función de la OMS de asegurar el acceso a información autorizada y estratégica sobre asuntos que afectan la salud de las personas, según el programa general de trabajo de la OMS para el período 2019-23.

En el marco del proyecto Asistencia de salud en peligro, el Comité Internacional de la Cruz Roja celebró consultas con la Asociación Médica Mundial (AMM), el Comité Internacional de Medicina Militar (CIMM), el Consejo Internacional de Enfermería (CIE) y la Federación Farmacéutica Internacional (FFI) con el objeto de que estas organizaciones acordaran un denominador común de los principios éticos de la asistencia de salud aplicables en tiempo de conflicto armado y otras situaciones de emergencia. Estos principios, que son el resultado de esas consultas,  no afectan las políticas existentes adoptadas por esas organizaciones. 

Los Principios éticos de la asistencia de salud en tiempo de conflicto armado y otras situationes de emergencia fueron adoptados por la 65ª Asamblea General de la AMM de Durban, Sudáfrica, en octubre de 2014, y lanzados oficialmente por todos los asociados en junio de 2015.

Adoptada por la 66a Asamblea General de la AMM, Moscú, Rusia, octubre 2015
y cancelada y archivada por la 72ª Asamblea General de la AMM (en línea), Londres, Reino Unido, octubre 2021

La AMM reconoce que el movimiento masivo de personas a menudo sigue a las catástrofes que se derivan de un conflicto armado o fenómenos naturales cuando las poblaciones buscan escapar del peligro y las privaciones. El movimiento de masas actual de las poblaciónes, para escapar de los efectos de los conflictos armados, incluidos los bombardeos, la falta de acceso a servicios públicos, agua potable, la destrucción de viviendas, escuelas y hospitales, ha sido numéricamente mayor que cualquier movimiento de masas de población en más de 70 años.

Aunque la AMM reconoce que los países pueden tener preocupaciones sobre su capacidad para absorber un número significativo de nuevos inmigrantes, reconocemos que las personas que huyen de la guerra, o fenómenos naturales, lo hacen porque están desesperadas y con frecuencia se enfrentan a enfermedades potencialmente mortales. Tienen miedo por su salud, seguridad y bienestar y la de los familiares que los acompañan.

La mayoría de los países han firmado tratados internacionales dándoles obligaciones vinculantes para ofrecer ayuda y asistencia a los refugiados y solicitantes de asilo. La AMM considera que, cuando hay eventos, incluyendo eventos en curso, como los conflictos que generan las crisis de refugiados, los gobiernos deben aumentar sus esfuerzos para proporcionar asistencia a los necesitados.

Esto debe incluir garantizar el paso seguro de los refugiados y el apoyo adecuado después de entrar en países que ofrecen refugio. Reconociendo que la catástrofe de la que han huido, y las vicisitudes del viaje, pueden haber dado lugar a problemas de salud, es esencial que los países de acogida establezcan sistemas para proporcionar atención médica a los refugiados.

Los gobiernos deben tratar de asegurar que los refugiados y solicitantes de asilo sean capaces de vivir con dignidad dentro de su país de refugio y hacer todos los esfuerzos para permitir su integración en la nueva sociedad. La comunidad internacional debe tratar de obtener una solución pacífica en Siria en las que la población pueda o bien permanecer en su país con seguridad o, si ya se han ido, regresar a salvo a casa.

La AMM reconoce que el movimiento masivo de la población causa estrés significativo en las poblaciones existentes de los países y también en aquellos que se convierten en refugiados. Creemos que los gobiernos y los organismos internacionales como las Naciones Unidas deben hacer más esfuerzos concertados para reducir las presiones que conducen a tales movimientos, incluido el rápido alivio después de los fenómenos naturales, y hacer más esfuerzos para evitar o poner fin a los conflictos armados. El restablecimiento de la seguridad de los alimentos, agua, vivienda, saneamiento, educación y salud, y la mejora de la seguridad pública, deberían tener un impacto significativo y reducir el número de refugiados. 

La AMM:

  • Reconoce que el proceso de convertirse en un refugiado es perjudicial para la salud física y mental;
  • Elogia a los países que han acogido y cuidado a los refugiados, especialmente los que actualmente huyen de Siria;
  • Pide a otros países  mejorar su disposición a recibir a los refugiados y solicitantes de asilo;
  • Pide a los gobiernos nacionales asegurar que los refugiados y solicitantes de asilo puedan vivir en dignidad al proporcionar acceso a los servicios esenciales;
  • Pide a todos los gobiernos trabajar juntos para tratar de poner fin a los conflictos locales, regionales e internacionales, y para proteger la salud, la seguridad y el bienestar de las poblaciones;
  • Pide a todos los gobiernos que cooperen en la prestación de ayuda inmediata a los países que sufren los efectos de los fenómenos naturales, recordando que los que ya están más socioeconómicamente desfavorecidos se enfrentará a la mayor cantidad de desafíos;
  • Hace un llamamiento a los medios de comunicación globales a que informen sobre la crisis de los refugiados de una manera que respete la dignidad de los refugiados y las personas desplazadas, y a evitar la intolerancia y el prejuicio racial o de otro tipo en los informes.

Esta Resolución fue adoptada en la 191ª Sesión del Consejo de la AMM, Praga, abril 2012.

La AMM reconoce que los ataques a los establecimientos de salud, profesionales de la salud y sus pacientes son un problema cada vez más común y el Consejo de la AMM denuncia todos esos ataques en cualquier país.

Estos a menudo ocurren durante los conflictos armados y también en otras situaciones de violencia, incluidas las manifestaciones contra el Estado. Los pacientes, incluidos los heridos durante las protestas, a menudo son de los segmentos más pobres y marginalizados de la comunidad y sufren en mayor proporción de graves problemas de salud que los que tienen más recursos económicos.

Los gobiernos tienen la obligación de asegurar que los establecimientos de salud y los que allí trabajan puedan funcionar en seguridad y sin interferencia del Estado ni de actores no estatales y proteger a los que reciben atención.

Cuando los servicios no están disponibles para los pacientes debido a la acción o no acción del gobierno, el gobierno, no el personal de la salud, debe ser responsable.

Puesto que en recientes y actuales conflictos en Bahréin y en Siria, los médicos, otro personal de salud y sus pacientes han sido agredidos en los establecimientos de salud, la AMM exige:

1)      Que los Estados cumplan con sus obligaciones hacia todos los ciudadanos y residentes, incluidos los manifestantes políticos, pacientes y personal de la salud y protejan los establecimientos de salud y su personal de interferencia, intimidación o agresiones.

2)      Que los gobiernos comiencen negociaciones importantes cuando dichas agresiones sean posibles, probables o ya estén sucediendo para detener las agresiones y proteger las instituciones y sus ocupantes.

3)      Que los gobiernos consideren cómo pueden contribuir positivamente al trabajo del Comité Internacional de la Cruz Roja para promover la seguridad en la prestación de la atención médica, a través del conocimiento de los conceptos de su proyecto Salud en Peligro.

Adoptada por la 53a Asamblea General de la AMM, Washington DC, EE.UU, octubre 2002,
enmendada por la 64ª Asamblea General de la AMM, Fortaleza, Brasil, octubre 2013,
y por la 72ª Asamblea General de la AMM (en línea), Londres, Reino Unido, octubre 2021

 

INTRODUCCIÓN

 Desde el inicio de la epidemia mundial del VIH, las mujeres y las niñas de muchas regiones se han visto afectadas por el VIH de forma desproporcionada. Las mujeres jóvenes (entre 15 y 24 años) y, en particular, las niñas adolescentes (entre 10 y 19 años) representan un número desproporcionado de las nuevas infecciones por VIH.

La desigualdad de género contribuye a la propagación del VIH. Puede aumentar las tasas de infección y reducir la capacidad de las mujeres y las niñas para hacer frente a la enfermedad. Con frecuencia, tienen menos información sobre el VIH y menos recursos para tomar medidas preventivas. La violencia sexual, una violación generalizada de los derechos de las mujeres, exacerba el riesgo de transmisión del VIH.

Muchas mujeres y niñas que viven con el VIH luchan contra el estigma y la exclusión, agravados por su falta de derechos. Las mujeres que enviudan a causa del SIDA o que viven con el VIH pueden tener que enfrentarse a disputas de propiedades con su familia política, que se complican por el acceso limitado a la justicia para defender sus derechos. Independientemente de si ellas mismas viven con el VIH, las mujeres generalmente asumen una carga desproporcionada de cuidado para otras personas que están enfermas o que mueren de SIDA, junto con los huérfanos que quedan. Esto, a su vez, puede reducir las perspectivas de educación y empleo. También puede disminuir significativamente los esfuerzos y las estrategias para la prevención de la transmisión de madre a hijo (PTMI).

El acceso a la atención médica, incluidas las estrategias tanto preventivas como terapéuticas, es un derecho humano fundamental. Esto impone al gobierno la obligación de garantizar que estos derechos humanos se respeten y protejan plenamente. Las desigualdades de género deben abordarse y erradicarse. Esto debería afectar a todos los aspectos de la atención médica.

La promoción y protección de los derechos reproductivos de las mujeres son fundamentales para el éxito final de la confrontación y resolución de la pandemia del VIH/SIDA.

 

RECOMENDACIONES

La AMM solicita a todas las asociaciones nacionales miembros que insten a sus gobiernos a emprender y promover las siguientes acciones:

  1. Desarrollar programas de empoderamiento para mujeres de todas las edades para garantizar que las mujeres tengan un mejor apoyo y estén libres de discriminación. Dichos programas deben incluir el acceso universal y libre a la educación sobre salud reproductiva y formación sobre habilidades para la vida.
  2. Desarrollar un programa para proporcionar pruebas del VIH y profilaxis después de la exposición en forma de antirretrovirales a todas las supervivientes de una agresión.
  3. Los gobiernos deben proporcionar acceso universal a la terapia y al tratamiento antivirales a todas las mujeres infectadas por el VIH, protegiendo su salud y, en el caso de mujeres embarazadas, evitando la transmisión de madre a hijo.
  4. Proporcionar pruebas universales del VIH a todas las mujeres embarazadas, con notificación a la paciente del derecho de rechazo, como componente rutinario de la atención perinatal, y dichas pruebas deben ir acompañadas de protección de la privacidad, asesoramiento básico y concienciación sobre el tratamiento adecuado, si es necesario.
  5. La notificación a la paciente debe ser coherente con los principios del consentimiento informado. También se debe proporcionar acceso universal y libre al tratamiento antirretroviral a todas las mujeres embarazadas con VIH positivo con el fin de evitar la transmisión del VIH de madre a hijo.

 

 

Adoptado por la 49ª Asamblea General de la AMM Hamburgo, Alemania, Noviembre 1997
y eliminadas en la 59a Asamblea General de la AMM, Seúl, Corea, octubre 2008
*Este documento ha sido reemplazado por la “Declaración de la AMM sobre el Acceso de la Mujer y el Niño a la Atención Médica” 

INTRODUCCION

Durantes años, las mujeres y las niñas en Afganistán han sufrido un aumento de las violaciones de sus derechos humanos. En 1996, se decretó una prohibición general de trabajar a las mujeres, que afectó a más de 40.000 personas. Las organizaciones de derechos humanos llaman a esto una «catástrofe para los derechos humanos» de las mujeres en Afganistán. Las mujeres está completamente excluidas de la vida social, los colegios de niñas están cerrados, las estudiantes han sido expulsadas de las universidades, mujeres y niñas son apedreadas en las calles. Según información de las Naciones Unidas sobre la situación de derechos humanos en Afganistán (febrero 1996), la prohibición de trabajar afecta en primer lugar a las mujeres del sector educacional y de la salud. En especial, se prohibió a doctoras y enfermeras ejercer la profesión. Aunque el sector de la salud estuvo a punto de colapsar debido a estas restricciones, ha habido algunas concesiones.Si no hay acceso a las doctoras, las pacientes y sus hijos no tienen acceso a la atención médica. Se ha autorizado a algunas doctoras ahora a ejercer su profesión, pero en general, sólo bajo estricta y inaceptable supervisión (Ministerio de Relaciones Exteriores de EE.UU., Informe sobre Derechos Humanos en Afganistán en 1996, enero 1997).

RECOMENDACIONES

Por lo tanto, la Asociación Médica Mundial exhorta a sus asociaciones médicas nacionales a que insistan y pidan a sus gobiernos:

  • condenar enérgicamente las graves violaciones de los derechos humanos básicos de las mujeres en Afganistán;
  • tomar medidas a nivel mundial, a fin de restituir los derechos humanos fundamentales y de anular la prohibición del ejercicio de la profesión para las mujeres.
  • insistir en los derechos de las mujeres a tener una atención médica adecuada en todo el espectro de los servicios médicos o quirúrgicos, incluido el tratamiento aplicado agudo y subagudo.