Adoptada por la 49ª Asamblea General de la AMM Hamburgo, Alemania, noviembre de 1997
Reafirmada por la 58ª Asamblea General de la AMM, Copenhague, Dinamarca, octubre 2007,
Reafirmada con una revisión menor por la sesión 207 del Consejo de la AMM en Chicago, Estados Unidos, octubre 2017
Y reafirmada por la 220ª Sesión del Consejo de la AMM, París, Francia, abril 2022

 

RECONOCIENDO QUE:

Toda la gente tiene derecho a preservar su salud y

La Convención de Ginebra (Artículo 23, Número IV, 1949) requiere la libre circulación de suministros médicos para civiles;

Recordando que las normas del derecho internacional sobre derechos humanos, específicamente la Declaración Universal de Derechos Humanos y Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en su artículo 12 garantiza “el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental”.

La AMM exhorta a las asociaciones médicas nacionales para que aseguren que los gobiernos que empleen sanciones económicas contra otros países, respeten las excepciones acordadas para los medicamentos, suministros médicos y alimentos básicos. Las excepciones no deben ser explotadas con fines inapropiados.

Adoptada por la 57a Asamblea General de la AMM, Pilanesberg, Sudáfrica, octubre 2006
y enmendada por la 68ª Asamblea General de la AMM, Chicago, Estados Unidos, octubre 2017

 

INTRODUCCIÓN

1.      El VIH/SIDA, enfermedad crónica controlable, es una pandemia mundial que ha creado desafíos sin precedentes para los médicos y las infraestructuras de salud.

Además de representar una asombrosa crisis de salud pública, el VIH/SIDA también es fundamentalmente un problema de derechos humanos.

Muchos factores contribuyen a la propagación de la enfermedad, como la pobreza, la falta de vivienda, el analfabetismo, la prostitución, el tráfico de seres humanos, el consumo de drogas (substancias), el estigma y la discriminación y la desigualdad basada en el sexo.

Estos factores sociales, económicos, legales y de derechos humanos no sólo afectan la dimensión de salud pública del VIH/SIDA, sino que también a los médicos/personal de salud y pacientes individualmente, sus decisiones y relaciones.

Los esfuerzos para vencer a esta enfermedad también se ven limitados por la falta de recursos humanos y financieros disponibles en los sistemas de salud.

2.      La discriminación contra los pacientes de VIH/SIDA de parte de los médicos es inaceptable y debe ser eliminada completamente de la práctica de la medicina.

2.1       Todas las personas con VIH/SIDA tienen derecho a un apoyo, tratamiento y atención médica adecuadas con compasión y respeto por su dignidad humana.

2.2       Es contrario a la ética para el médico rechazar el tratamiento de un paciente cuya condición esté dentro del marco de su competencia, por el solo hecho de que el paciente es seropositivo.

2.3       Las asociaciones médicas nacionales deben colaborar con los gobiernos respectivos, grupos de pacientes y organizaciones nacionales e internacionales pertinentes para asegurarse de que las políticas nacionales de salud prohíban de manera clara y explícita la discriminación contra las personas con VIH/SIDA, incluidos los grupos vulnerables, como hombres que tengan relaciones con hombres y personas transgénero.

2.4       Las mujeres y hombres que tienen relaciones sexuales con personas del mismo sexo tienen un mayor riesgo de discriminación. Las asociaciones médicas nacionales deben trabajar con los gobiernos, organizaciones no gubernamentales y organizaciones comunitarias a fin de eliminar la discriminación para estos grupos desfavorecidos.

ATENCIÓN MÉDICA APROPIADA/COMPETENTE

3.          Los pacientes con VIH/SIDA deben recibir atención médica competente y apropiada en todas las etapas de la enfermedad.

4.          Si un médico no puede proporcionar la atención y los servicios que necesitan los pacientes con VIH/SIDA, debe derivarlos oportunamente a los médicos o establecimientos que tengan los equipos para prestar dichos servicios. Hasta que se realice el traspaso, el médico debe atender al paciente.

5.          Todos los médicos deben poder sospechar oportunamente e identificar las infecciones comunes y oportunistas, como la tuberculosis, infecciones fúngicas en los pacientes con VIH/SIDA y también VIH/SIDA sospechoso en presencia de estas infecciones, en especial en las personas a alto riesgo como los consumidores de drogas.

Deben oportunamente poder aconsejar al paciente sobre la relación entre estas infecciones con la infección del VIH.

6.      Los médicos y otros organismos profesionales apropiados deben asegurarse que los pacientes tengan una información precisa sobre los medios de transmisión del VIH/SIDA y las estrategias para protegerse de la infección.

Se deben tomar medidas innovadoras para asegurar que todos los miembros de la población y los grupos a riesgo en particular sean informados para este efecto.

La información pública y las estrategias deben reconocer que todos están en riesgo y tartar de explicar métodos para disminuirlo.

7.      Los médicos deben poder aconsejar eficazmente a todos los pacientes seropositivos sobre la actitud responsable que deben adoptar para evitar la propagación de la infección  sus parejas y la prevención de las infecciones oportunistas.

8.      Los médicos deben reconocer que mucha gente todavía piensa que el VIH/SIDA es una condena a muerte automática, por lo que no desea hacerse un examen.

Los médicos deben asegurarse que los pacientes tengan información precisa sobre las opciones de tratamiento disponibles.

Los pacientes deben entender el potencial y la necesidad de comenzar temprano el tratamiento antirretroviral (TARV) para mejorar no sólo su condición médica, sino que también la calidad de sus vidas. La nueva estrategia es examinarse y tratarse.

Un TARV eficaz puede extender mucho el período en el que los pacientes pueden llevar una vida productiva sana, funcionando socialmente y en su lugar de trabajo y manteniendo su independencia.

El VIH/SIDA es ahora una condición crónica manejable.

Para el TARV se deben seguir  y las AMNs deben promover las normas de la OMS, en base a la práctica/evidencia, específicas para cada país.

9.      Los médicos deben ser conscientes de que la mala información sobre los aspectos negativos del TARV ha creado resistencia al tratamiento de parte de los pacientes en algunas áreas. Cuando se difunda una mala información sobre el TARV, los médicos y las asociaciones médicas deben tener como prioridad inmediata el requerir públicamente la fuente de la mala información y trabajar con la comunidad afectada de VIH/SIDA para contrarrestar los efectos negativos de esta mala información.

10.    Los médicos deben incitar la participación de redes de apoyo para ayudar a que los pacientes sigan el tratamiento ARV. Con el consentimiento del paciente, se debe proporcionar consejo y formación a los familiares a fin de ayudarlos a prestar atención

11.    Los médicos deben ser conscientes de las actitudes discriminatorias hacia el VIH/SIDA que están generalizadas en la sociedad y la cultura. Puesto que los médicos son los primeros y a veces los únicos en conocer la condición VIH de los pacientes, ellos deben poder aconsejar a los pacientes sobre sus derechos sociales y legales básicos y responsabilidades o bien enviarlos a consejeros especialistas en los derechos de las personas con VIH/SIDA.

12.    El médico debe conocer las normas actuales de prescripción disponibles sobre profilaxis pre y post exposición para cualquier paciente y personal de salud que pueda haber estado expuesto al VIH.

 

EXÁMENES

13.    Se debe exigir el examen obligatorio del VIH para la donación de sangre y los componentes sanguíneos destinados a la donación o a la elaboración de productos sanguíneos, los órganos y otros tejidos para trasplantes y el semen u óvulos recolectados para procedimientos de reproducción asistida.

Se deben fomentar las nuevas tecnologías que son más sensibles, específicas y que reducen  el período de detección del VIH, como el examen del ácido nucleico (EAN).

14.    El examen obligatorio del VIH realizado en una persona contra su voluntad es una violación de la ética médica y los derechos humanos.

15.    Los médicos deben explicar con claridad el propósito de un examen de VIH, las razones que lo recomiendan y las consecuencias de un resultado positivo.

Antes de realizar un examen el médico debe tener un plan de acción en caso de obtener un resultado positivo. Se debe obtener el consentimiento informado del paciente antes de llevar a cabo el examen.

16.    Aunque algunos grupos son catalogados de «alto riesgo», toda persona que ha tenido una relación sexual sin protección debe considerarse en riesgo.

Los médicos deben tener la iniciativa de recomendar el examen a los pacientes, basado en el entendimiento mutuo del nivel de riesgo y el potencial de beneficiarse con el examen. Se debe ofrecer habitualmente el examen de VIH  a las mujeres embarazadas y a las que resulten seropositivas se les debe ofrecer consejos inmediatamente y ofrecer el tratamiento TARV (al diagnóstico) a fin de evitar la transmisión del virus al feto y tratamiento de éste si es seropositivo.

17.    El examen voluntario anónimo del VIH debe estar disponible para toda persona que lo solicite, junto con mecanismos de apoyo para después del examen.

 

PROTECCIÓN CONTRA EL VIH EN EL CONTEXTO DE LA ATENCIÓN MÉDICA

18.    Los médicos y el personal de salud tienen derecho a un ambiente de trabajo seguro. Especialmente en los países en desarrollo, el problema de la exposición laboral al VIH ha contribuido a los altos índices de desgaste de la fuerza laboral de salud. En algunos casos, los empleados se infectan con el VIH y en otros casos, el temor a la infección lleva al personal de salud a dejar sus trabajos voluntariamente. Esta causa también produce que el personal de salud se niegue a tratar pacientes con VIH/SIDA. De igual modo, los pacientes tienen derecho a estar protegidos al máximo del contagio de VIH del personal de salud y en instituciones de salud.

18.1  Se deben implementar procedimientos adecuados de control de infecciones y precauciones universales compatibles con la mayoría de las normas nacionales e internacionales actuales, según corresponda, en todos los establecimientos de salud. Esto incluye procedimientos para el uso de TARV preventivo y oportuno para los profesionales de salud que han estado expuestos al VIH.

18.2  Si no hay dispositivos de seguridad apropiados para proteger a los médicos o los pacientes de la infección, los médicos y las asociaciones médicas nacionales deben tomar medidas para corregir esta situación.

18.3  Los médicos que estén infectados con el VIH no deben tomar parte en ninguna actividad que cree un riesgo de transmisión de la enfermedad a otros.

En el contexto de una posible exposición al VIH, la actividad en la que el médico desee participar será el factor de control.

Pueden existir normas acordadas a nivel nacional, en caso comtrario un grupo de expertos apropiado o comité de personal de la salud deben establecerlas.

18.4 Al prestar atención médica, si existe riesgo de transmisión de una enfermedad infecciosa del médico al paciente, la información de ese riesgo al paciente no es suficiente; los pacientes tienen derecho a esperar que sus médicos no aumenten su exposición al riesgo de contraer una enfermedad infecciosa.

18.5  Si no existe riesgo, la revelación de la condición médica del facultativo a sus pacientes no servirá ningún propósito práctico.

18.6  El médico debe conocer las normas profesionales actuales para la profilaxis después de exposición del personal de la salud en caso de cualquier exposición accidental al VIH.

 

PROTECCIÓN DE LA PRIVACIDAD DEL PACIENTE Y LOS PROBLEMAS RELACIONADOS CON LA NOTIFICACIÓN

19.    El miedo al estigma y la discriminación es la fuerza que mueve la propagación del VIH/SIDA. Las repercusiones sociales y económicas de ser identificado como infectado son devastadoras e incluyen la violencia, rechazo de la familia y los miembros de la comunidad, pérdida de vivienda y de empleo.

La normalización de la presencia del VIH/SIDA en la sociedad a través de la educación pública es la única manera de disminuir las actitudes y prácticas discriminatorias. Hasta que esto se logre a nivel mundial o se encuentre un remedio, las personas que pueden estar infectadas pueden negarse a someterse a un examen para evitar las consecuencias.

Los efectos de que las personas no sepan su situación con respecto al VIH no sólo son desastrosos a nivel personal puesto que no reciben tratamiento, sino que también tiene altos índices de transmisión de la enfermedad que son evitables.

El miedo a la entrega no autorizada de información también representa una falta de incentivo para tomar parte en la investigación del VIH/SIDA y, por lo general, afecta la eficacia de los programas de prevención. La falta de confianza en la protección de la información médica personal sobre la situación del VIH es una amenaza para la salud pública en el planeta y constituye un factor principal en la propagación continua del VIH/SIDA. Al mismo tiempo, en ciertas circunstancias, el derecho a la privacidad debe equilibrarse con el derecho de las parejas (sexuales y de inyección de drogas) de las personas con VIH/SIDA a ser informadas de su posible infección. La falta al no informar a las parejas no sólo viola sus derechos, sino que produce los mismos problemas de salud de una transmisión evitable y atraso en el tratamiento.

20.    Todos los principios y deberes éticos estándares relacionados con la confidencialidad y la protección de la información de salud de los pacientes, estipulados en la Declaración de Lisboa de la AMM sobre los Derechos del Paciente, se aplican de igual manera para el VIH/SIDA. Además, las asociaciones médicas nacionales y los médicos deben considerar las circunstancias especiales y obligaciones (descritas a continuación) relativas al tratamiento de los pacientes con VIH/SIDA.

20.1  Las asociaciones médicas nacionales y los médicos deben, como prioridad, asegurarse que los programas de educación pública, prevención y orientación del VIH/SIDA contengan información explícita sobre la protección de la información del paciente, no sólo por el aspecto de la ética médica, sino por el derecho humano a la privacidad.

20.2  Se necesitan dispositivos de seguridad especiales cuando la atención de casos de VIH/SIDA incluye un equipo separado físicamente, con servicios a domicilios, familiares, consejeros, personal del caso u otros que necesitan información médica para prestar una atención completa y ayudar a aplicar los tratamientos. Además de la implementación de mecanismos de protección en la transmisión de información, se debe entregar una formación ética sobre la privacidad del paciente a todos los miembros del equipo.

Muchos países tienen legislación específica para proteger la privacidad de las personas seropositivas. Otros pueden considerar lo mismo.

20.3  Los médicos deben hacer todo lo posible para convencer a los pacientes con VIH/SIDA de avisar a todas sus parejas (sexuales o de inyección de drogas) sobre la exposición y posible infección. Los médicos deben ser competentes al aconsejar a los pacientes sobre las opciones para dar aviso a sus parejas. Estas opciones deben incluir:

20.3.1    Aviso a la pareja(s) por parte del paciente. En este caso, el paciente debe recibir consejos sobre la información que se debe entregar a la pareja y las estrategias para transmitirla con sensibilidad y de manera que sea entendida fácilmente. Se debe preparar un programa para comunicar el aviso y el médico debe realizar un seguimiento del paciente a fin de asegurarse que se ha dado el aviso.

20.3.2    Aviso a la pareja(s) por parte de terceros. En este caso, el tercero debe hacer todo lo posible para proteger la identidad del paciente.

20.4  Cuando todas las estrategias para convencer al paciente de que tome estas medidas hayan sido agotadas y si el médico conoce la identidad de la pareja(s) del paciente, el médico puede estar obligado, ya sea por la ley o por su conciencia, a tomar medidas y avisar a la pareja(s) de su potencial infección. Según el sistema existente, el médico dará aviso directamente a la persona en riesgo o entregará la información a una autoridad designada responsable de dar el aviso.

Los médicos deben conocer las leyes y regulaciones de la jurisdicción donde ejercen. En los casos en que el médico haya decidido revelar la información sobre la exposición, el médico debe:

20.4.1    informar al paciente de sus intenciones,

20.4.2    hasta donde sea posible, asegurar que la identidad del paciente sea protegida,

20.4.3    tomar las medidas apropiadas para proteger la seguridad del paciente, en especial en el caso de una mujer que sea vulnerable a la violencia intrafamiliar.

20.5  Sin considerar si es el paciente, el médico o un tercero que da el aviso, a la persona que conozca su potencial infección se le debe ofrecer apoyo y ayuda para que tenga acceso a los exámenes y al tratamiento.

20.6  Las asociaciones médicas nacionales deben formular normas para ayudar a los médicos a tomar decisiones sobre la notificación. Estas normas deben ayudar a los médicos a comprender los requisitos legales y las consecuencias de las decisiones, al igual que los aspectos médicos, psicológicos, sociales y éticos.

20.7  Según la legislación local y nacional que exige informar las nuevas infecciones de VIH, las enfermedades de transmisión sexual y las infecciones oportunistas, los médicos deben proteger la privacidad y la confidencialidad de todos los pacientes y mantener los niveles más altos de ética.

20.8  Las asociaciones médicas nacionales deben trabajar con los gobiernos para asegurarse que los médicos que cumplen con su obligación de notificar a las personas en riesgo, y que toman precauciones para proteger la identidad de sus pacientes, cuenten con la protección legal adecuada.

 

EDUCACIÓN MÉDICA

21.    Las asociaciones médicas nacionales deben ayudar en la formación y educación de médicos en las estrategias de prevención y los tratamientos más actuales disponibles para todas las etapas del VIH/SIDA e infecciones relacionadas, incluidas la prevención y la ayuda.

22.    Cuando sea apropiado, las asociaciones médicas nacionales deben colaborar con las ONGs y las organizaciones comunitarias, insistir y cuando sea posible ayudar en la educación de los médicos en los aspectos psicológico, legal, cultural y social del VIH/SIDA.

23.    Las AMNs deben apoyar totalmente los esfuerzos de los médicos que desean concentrar su experiencia en la atención del VIH/SIDA, incluso cuando esta enfermedad no esté reconocida como una especialidad o subespecialidad oficial en el sistema de educación médica.

24.    La AMM insta a sus asociaciones médicas nacionales a promover la inclusión de cursos designados y completos sobre el VIH/SIDA en los programas de educación médica de pre y postgrado, al igual que en la educación médica continua.

 

INTEGRACIÓN DE LOS SERVICIOS DE VIH/SIDA CON OTRAS ACTIVIDADES DE MANEJO DE LAS ETS

25.    Las asociaciones médicas nacionales deben apoyar a los gobiernos a integrar los servicios de curación y prevención del VIH/SIDA con otras actividades de manejo de las ETS de manera integral.

Adoptada por la 47ª Asamblea General Bali, Indonesia, septiembre 1995, y revisada por la 57Asamblea General de la AMM, Pilanesberg, Sudáfrica, octubre 2006
y por la 66ª Asamblea General de la AMM, Moscú, Rusia, octubre 2015

 

Históricamente, muchas sociedades han considerado al paciente con enfermedad mental como una amenaza para los que lo rodean, en lugar de una persona que necesita ayuda y atención médica. Por falta de tratamiento eficaz, para evitar la conducta autodestructiva y agresiva hacia otras personas, muchas personas con enfermedad mental eran enviadas a asilos por largos períodos o de por vida.

En la actualidad, el progreso en el tratamiento psiquiátrico permite una mejor atención de los pacientes con enfermedad mental. Medicamentos eficaces e intervenciones psicosociales pueden dar resultados que van de un completo restablecimiento a recuperaciones de duración variable.

La adopción en 2006 de la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad constituyó un gran paso para considerarlas como miembros de la sociedad con los mismos derechos que cualquiera. Es el primer tratado de derechos humanos completo del siglo 21. Su objetivo es promover, proteger y reforzar los derechos humanos y la dignidad de todas las personas con discapacidad, incluidas las que tienen deficiencia mental.

Los que tienen enfermedades mentales importantes y los que tienen discapacidad para aprender tienen el mismo derecho a servicios e intervenciones preventivas que los otros miembros de la comunidad, porque tienen a menudo más necesidades, ya que es más probable que tengan estilos de  vida no saludables.

Los pacientes  con morbilidad psiquiátrica también pueden sufrir enfermedades no psiquiátricas. Las personas con enfermedad mental tienen el mismo derecho a la atención médica que cualquier otro paciente. El psiquiatra y el profesional de salud que presta servicios de salud mental  debe derivar estos pacientes a otros profesionales apropiados cuando necesiten atención médica. Los profesionales de salud nunca deben declinar la prestación de la atención necesaria únicamente porque el paciente tiene una enfermedad mental.

El médico tiene las mismas obligaciones con todos los pacientes, incluidos los que tienen una enfermedad mental. Los psiquiatras y otros médicos que tratan a pacientes con enfermedades mentales deben respetar las mismas normas éticas como cualquier otro médico.

La principal obligación del médico es para con el paciente y no ser agente de la sociedad, excepto cuando un paciente representa un claro peligro para sí mismo o para otros debido a su enfermedad mental.

Responsabilidas del médico

El estigma y la discriminación asociados a la psiquiatría y a los enfermos mentales debe ser eliminada. Este estigma y discriminación puede desalentar a las personas que necesitan atención médica, lo que agrava su situación y los deja en riesgo de daño emocional o físico.

Los médicos tienen la responsabilidad de respetar la autonomía de todos los pacientes. Cuando los pacientes que son tratados por enfermedad mental tienen la capacidad de tomar decisiones, tienen el mismo derecho de tomar decisiones sobre su atención como cualquier otro paciente. Puesto que la capacidad para tomar decisiones es específica a la decisión que se tomará y puede cambiar en el tiempo, incluso como resultado de un tratamiento, los médicos deben evaluar continuamente la capacidad del paciente. Cuando un paciente no tiene la capacidad de tomar decisiones, los médicos deben obtener el consentimiento de un representante apropiado, conforme a las leyes vigentes.

La relación terapéutica fundada entre médico y paciente está fundada en la confianza mutua.  El médico tiene la responsabilidad de obtener el consentimiento informado del paciente para el tratamiento, incluidos los pacientes que son tratados por enfermedad mental. El médico debe informar a todos los paciente la naturaleza del  estado médico  psiquiátrico u otro y los beneficios esperados, resultados y riesgos de las alternativas de tratamiento.

Los médicos siempre deben basar las recomendaciones de tratamiento en su mejor opinión profesional y tratar a todos los pacientes con  diligencia y respeto, independientemente del lugar de la atención. El médico que trabaja en una institución de salud mental, el ejército o una cárcel, puede tener responsabilidades simultáneas ante la sociedad que crea conflictos con su principal obligación ante el paciente. En estas situaciones, el médico debe revelar el conflicto de intereses, a fin de disminuir al mínimo los posibles sentimientos de traición de parte del paciente.

El tratamiento y la hospitalización forzada de personas con enfermedades mentales es éticamente controversial. Aunque la legislación sobre la hospitalización y el tratamiento forzadas varía en el mundo, por lo general se reconoce que esta decisión de tratamiento sin el consentimiento informado del paciente o contra su voluntad es justificable éticamente sólo cuando: a) un grave trastorno mental impide que la persona tome sus propias decisiones sobre el tratamiento o b) la alta posibilidad de que el paciente pueda lesionarse o lesionar a otros.  El tratamiento y la hospitalización forzada deben ser excepcionales y los médicos deben utilizar este recurso sólo cuando exista gran evidencia de que es médicamente apropiado y necesario y deben asegurarse de que la persona sea hospitalizada por el período más breve posible, según las circunstancias. Cuando sea posible y conforme a la legislación local, los médicos deben incluir un abogado para los derechos de ese paciente en el proceso de decisión.

Los médicos  deben proteger la confidencialidad y la privacidad de todos los pacientes debe ser salvaguardada. Cuando la ley exija revelar información del paciente, el médico debe revelar sólo la información mínima pertinente necesaria y solamente a la entidad que tiene autoridad legal para pedir la información. Cuando los bancos de datos permiten el acceso o la transferencia de información de una autoridad a otra se debe  respetar la confidencialidad y dicho acceso o transferencia debe  cumplir plenamente con la ley vigente.

La participación de personas con enfermedades psiquiátricas en investigación debe estar en completo acuerdo con las recomendaciones de la Declaración de Helsinki.

El médico nunca debe hacer uso de su posibilidades profesionales para violar la dignidad o los derechos humanos de ningún individuo o grupo y nunca debe permitir que los deseos personales, necesidades, sentimientos, prejuicios o creencias interfieran con el tratamiento del paciente. El médico nunca debe abusar de su autoridad  o aprovecharse  de la vulnerabilidad de un paciente.

Recomendaciones

Se insta a la Asociación Médica Mundial y a las asociaciones médicas nacionales a:

  1. Publicar esta Declaración y reafirmar las fundaciones éticas del tratamiento de pacientes con enfermedades mentales
  2. Al hacerlo, llamar al total respeto – en todo momento – de la dignidad y los derechos humanos de los pacientes con enfermedades mentales.
  3. Crear conciencia de la responsabilidad del médico en apoyar el bienestar y los derechos de  los pacientes con enfermedades mentales.
  4. Promover el reconocimiento de la relación privilegiada entre médico y paciente, en base a la confianza, el profesionalismo y la confidencialidad.
  5. Abogar por obtener recursos apropiados para satisfacer las necesidades de las personas con enfermedades mentales.

Adoptada por la 40a Asamblea Médica Mundial Viena, Austria, septiembre de 1988,
y revisada por la 57Asamblea General de la AMM, Pilanesberg, Sudáfrica, octubre 2006
y por la 68ª Asamblea General de la AMM, Chicago, Estados Unidos, octubre 2017

 

INTRODUCCIÓN

1.      La salud  no es simplemente la ausencia de enfermedad, sino también es más que un estado de prosperidad física, psicológica y social; incluye la capacidad de las personas para adaptarse a la adversidad física, social y mental. Afecta muchos factores,  incluido el acceso a la atención médica, en especial los determinantes sociales de la salud (SDH) y su restablecimiento es también multidimensional. La sociedad tiene la obligación  hacer disponible el acceso a un nivel adecuado de atención para todos sus miembros, independientemente de la capacidad de pago.

2.      Los profesionales de la salud se enfrentan regularmente  a los efectos de falta de acceso a una atención adecuada y la desigualdad en salud y tienen una responsabilidad correspondiente de contribuir su experiencia para trabajar con los gobiernos a nivel local, regional y nacional para asegurarse que comprendan los determinantes sociales de la salud e integren una disminución de los factores que producen desigualdad en todas las políticas. Las políticas deben sugerir maneras de eliminar la desigualdad en salud.

3.      El acceso a la atención médica es un factor importante en la disminución a corto, mediano y largo plazo de las consecuencias de la mala salud, causada por condiciones sociales adversas y otras. El acceso es multidimensional y está limitado por factores como los recursos humanos, formación, finanzas, transporte, acceso geográfico, libertad de elección, educación pública, control de calidad y tecnología.

NORMAS

Personal de salud

4.      La prestación de atención médica depende mucho de la disponibilidad del personal de salud capacitado. La formación no sólo debe incluir competencias médico-sociales, sino enfatizar particularmente la comprensión de cómo los determinantes sociales de la salud afectan los resultados en la salud de las personas.

La distribución del personal de salud varía mucho, como la demografía en la mayoría de los países donde la población que envejece representa un gran desafío para los próximos años. Existe una mala distribución a nivel mundial. Aunque todos los países forman a los profesionales de la salud, el movimiento global, en especial de los países menos desarrollados a los del primer mundo, produce una escasez de personal. La creación de códigos de contratación ética puede ayudar a disminuir las actividades de contratación inapropiadas de parte de los Estados. Los códigos de contratación ética también deben ser aplicados a las agencias de contratación comerciales.

5.      Se necesita investigación para determinar la mejor combinación de los distintos personales de salud para los contextos de salud diferentes, a fin de satisfacer las necesidades de la población. La mala distribución en los países debe ser abordada a través de métodos para atraer al personal de salud a zonas rurales o remotas, u otras regiones con falta de personal, al menos para una parte de sus carreras. Se deben considerar conceptos innovadores para que el trabajo en las zonas con falta de servicios sea interesante, no se deben utilizar métodos de  contratación de castigo o de presión. Captar estudiantes que expresen el deseo de volver a sus ciudades de origen puede ayudar a aliviar el problema.

Formación

6.      La formación primaria del personal de salud  debe ser apropiada, accesible y de buena calidad, lo que hace que la formación sea costosa, el país de origen cubre este gasto. Los profesionales se trasladan a otros lugares para seguir con la formación secundaria, incluida una formación profesional más alta y la especialización para los médicos, también para ganar más dinero que puede ser enviado a sus hogares para ayudar a las familias y comunidades.

7.      La ambición por mejorarse es comprensible, los esfuerzos para aumentar la retención del personal de la salud deben incluir la consideración de instar al regreso al país de origen, con el uso de los nuevos conocimientos y experiencia para mejorar el acceso a la atención médica.

8.      Los países no deben contratar activamente de otros Estados. Incluso cuando lo hacen de forma pasiva, esta contratación debe hacerse conforme a las normas éticas y la Declaración de la AMM sobre Normas éticas para la migración internacional del personal de salud.

Financiamiento

9.      El acceso a la atención médica es esencial para toda la población. Cada país decide sobre los métodos para financiarla, atendiendo a sus propios recursos, a sus prioridades sanitarias y sociales y a las necesidades en salud. Los países deben crear sistemas de ingresos que reduzcan  la dependencia de los pagos del propio bolsillo y en los seguros de salud privados, puesto que aumentan las desigualdades entre los grupos de la población.

10.    Ningún sistema de financiamiento es ideal para cada país, el equilibrio exacto debe ser decidido a nivel local. Al tomar una decisión sobre los sistemas de financiamiento, los gobiernos deben entender la naturaleza esencial de la atención médica, el requisito absoluto de que esté disponible para todos, en base a la necesidad clínica y no en la capacidad de pago, y que el acceso pueda estar restringido por temores financieros. La elegibilidad no asegura el acceso, en especial si los esquemas de copago excluyen a los que tienen menos recursos financieros.

11.    Se deben utilizar medios innovadores para la prestación de atención médica completa, incluidas las asociaciones con privados y entidades comerciales que pueden proporcionar algunos elementos de atención médica especializada. Al hacer esto, los países deben asegurar que esto no limite la atención especializada a la clase más rica de su población ni tampoco esto debe ser visto como una preferencia por un modelo de salud privada.

12.    Las decisiones de limitar el acceso a elementos de la atención médica deben tomarse en base a información objetiva,  basada en la mejor información científica disponible sobre la eficacia y seguridad de los servicios de salud. Debe tener debate público sobre los conceptos involucrados y su aceptación. No se debe incluir nada que discrimine a los ancianos y las poblaciones vulnerables.

13.    El público debe tener acceso a información clara sobre los recursos de salud disponibles para ellos y cómo acceder a éstos. Se deben establecer procesos específicos para asegurar que la pobreza o el analfabetismo nunca serán una barrera al acceso a la atención.

Personas vulnerables y difíciles de contactar

14.    En cada país, es difícil hacer mensajes de salud para ciertos grupos de personas y que a menudo buscan  atención médica en una etapa avanzada de la enfermedad.

15.    Se deben utilizar una variedad de métodos para asegurarse que la gente difícil de contactar conozcan la disponibilidad de atención médica, sin costo directo, incluidos los métodos para disminuir el miedo y otras barreras al acceso.

16.    Cuando existan vulnerabilidades específicas, como discapacidad de aprendizaje o sensorial, las soluciones deben incluir la identificación y abordar dichas vulnerabilidades.

17.    El personal de salud tiene el deber de prestar atención médica sin ningún tipo de discriminación injusta

Transporte

18.    Los establecimientos de salud deben situarse en lugares de fácil acceso. Esto puede significar trabajar con las empresas de transporte local para asegurarse que los trayectos del transporte público pasen por los establecimientos. Se debe considerar hacer los establecimientos de salud más accesibles con métodos de transporte activo. Los pacientes deben viajar largas distancias para llegar a los establecimientos, en especial en zonas rurales o lugares alejados.

19.    Se debe proporcionar acceso al transporte a los pacientes que necesitan ser derivados a atención secundaria o especializada. Los que necesiten ayuda para acceder a la atención primaria también deben recibir apoyo. También se debe ofrecer transporte a los pacientes rurales aislados que necesitan un nivel de atención que sólo se puede encontrar en centros médicos metropolitanos. La telemedicina a veces  puede ser un sustituto aceptable al transporte de pacientes.

Disponibilidad geográfica

20.    Trabajar con otros profesionales de salud, como las matronas puede ser de ayuda. Deben ser integrados al sistema de salud, beneficiar de formaciones y ser asistidos para prestar una atención segura y eficaz y la derivación a un especialista si es necesario. Esto no se extiende al sistema de salud estatal que presta o financia la atención que no está basada en pruebas, incluidas las terapias complementarias.

Libertad de elección

21.    La libertad de elegir los profesionales de salud y las opciones de atención que ofrecen es un elemento esencial en todos los sistemas. Es necesario la capacidad de comprender esa opción y la libertad de elegir un proveedor entre las alternativas.

22.    Los obstáculos a la libertad de elección puede estar en el acceso a los recursos financieros, mala comprensión de las opciones, culturales, geográficas y otros factores. El acceso a la información sobre las opciones disponibles es crucial para realizar la elección informada apropiada.

23.    Las autoridades de la salud deben asegurarse que toda la población entienda cómo acceder a la atención médica y que tengan información objetiva sobre los diferentes proveedores.

24.    Una vez que una persona tenga acceso a la atención a través de un proveedor en particular o un médico, debe tener la oportunidad de considerar las opciones clínicas. El acceso a informaciones sistemáticamente disponibles es esencial para permitir la elección.

Educación pública

25.    La educación general es un determinante de la salud, mientras una persona haya recibido más educación, tiene mejores probabilidades de salud. En casos de problemas de salud, la educación previa puede ser un determinante de la velocidad a la que la persona tendrá acceso a la salud. La educación también ayuda a que las personas elijan apropiadamente las soluciones terapéuticas a las que tienen acceso.

26.    La educación específica sobre materias de salud puede ser importante en la planificación del estilo de vida. Aunque la educación por sí sola, por ejemplo, no impide que las personas fumen o consuman drogas o alcohol, puede ayudar a tomar decisiones sobre las conductas a riesgo.

27.    Un nivel general de conocimientos sobre salud ayuda a los pacientes a elegir entre las diferentes opciones de tratamiento y cumplir o cooperar con las exigencias de dicho tratamiento. También mejorará el autocuidado y las referencias indicadas por el paciente.

28.    Se deben implementar programas educacionales que ayuden a las personas a tomar decisiones informadas sobre su salud personal y la buena utilización del autocuidado y la atención prestada por un profesional. Estos programas deben incluir información sobre los costos y beneficios relacionados con tratamientos alternativos en  el contexto de la medicina moderna; el uso de servicios profesionales que permitan una detección temprana y tratamiento o prevención de enfermedades; responsabilidades personales en la prevención de enfermedades y el uso eficaz del sistema de atención médica. Los médicos deben participar activamente, cuando sea apropiado, en estas acciones educativas y se les debe proporcionar recursos adecuados para permitirles seguir dicha educación.

29.    La educación pública también ayuda a los gobiernos a hacer comprender mejor las medidas de salud pública, incluido el impuesto al tabaco, la prohibición de consumo de ciertos productos y las restricciones a la libertad individual por razones de salud. Cuando los gobiernos deben imponer mecanismos legislativos u otros regulatorios, es necesaria una campaña pública con explicaciones para que el público comprenda y las cumplan.

Garantía de calidad

30.    Los mecanismos de garantía de calidad deben ser parte de todo sistema de salud. Los médicos comparten la responsabilidad de asegurar la calidad de la atención médica y no deben permitir que otras consideraciones pongan en peligro la calidad de la atención prestada.

Tecnología

31.    La tecnología cumple un papel cada vez más importante en la prestación de los servicios de salud. El precio de compra de bienes es alto por la necesidad de servicios logísticos específicos, incluidos los técnicos y los locales adecuados. Las tecnologías avanzadas no están disponibles en todos los lugares, el acceso a sus beneficios debe ser bien planificada para asegurar que todos los pacientes que la necesitan la aprovechen, no sólo los que están cerca de los centros tecnológicos avanzados.

Circunstancias extraordinarias

32.    En circunstancias extraordinarias, incluidos los conflictos armados y las grandes catástrofes naturales, como los terremotos, los médicos tienen el deber de asegurar que los legisladores protejan el acceso a la atención, en especial para los más vulnerables y los que no pueden trasladarse a zonas más seguras.

RECOMENDACIONES

33.    Los determinantes sociales de la salud afectan mucho el acceso a la atención médica y también impactan directamente en la salud. Los médicos deben trabajar con los gobiernos para asegurar que tomen medidas eficaces con respecto a los DSS.

34.    El acceso a la salud requiere una vigilancia sistemática, a fin de asegurar  que se cumplan las condiciones apropiadas. Estas incluyen lo siguiente:

34.1  Tener un sistema de salud apropiado, universal, solidario e igualitario. Establecimientos bien equipados, disponibles en todo el país, con centros de salud y su personal profesional con financiamiento suficiente y sostenible, con personas tratadas en base a sus necesidades y no a su capacidad de pago.

34.2  La elección del paciente debe incluir a qué establecimiento acceder.

34.3  El acceso a información adecuada para todos es esencial para elegir y cooperar con los proveedores de salud.

34.4  La educación es un determinante social y un factor clave de la cooperación en la prestación de atención médica y promueve el autocuidado responsable con apoyo accesible.

34.5  Los profesionales de la salud deben ser libres de desplazarse por el mundo, en especial para  acceder a posibilidades de educación y profesionales.  Esta movilidad no debe afectar la disponibilidad de recursos, en especial en los países donde son escasos.

34.6  Los médicos deben contar con criterios éticos trasparentes y eficaces para trabajar en zonas sobrepobladas o más desfavorecidas.

34.7  La prestación de atención médica requiere de las medidas de los gobiernos en todos los niveles, trabajar con las poblaciones para asegurarse que la  gente comprende  el beneficio de esta atención y que puede acceder a ella.

34.8  Los médicos cumplen una función importante para asegurar que la planificación tenga sentido clínico, sea comunicada correctamente a la población en cuestión y que los pacientes no estén en peligro por recursos inadecuados, mala planificación u otros defectos en los sistemas.

34.9  Los médicos conocen el sistema de salud y esto los obliga a desempeñar un papel de conciencia social sobre los determinantes sociales de la salud y el  acceso a la atención médica por si mismos o a través de sus asociaciones médicas representativas.

34.10   Las asociaciones médicas deben trabajar con sus miembros para promover el acceso a los sistemas de salud que respondan igualitariamente a las necesidades de las poblaciones.

Adoptada por la 40ª Asamblea Médica Mundial Viena, Austria, Septiembre 1988
y revisada en su redacción por la 170ª Sesión del Consejo Divonne-les-Bains, Francia, Mayo 2005
y reafirmada por la 200ª Sesión del Consejo de la AMM, Oslo, Noruega, Abril 2015 

CONSIDERANDO QUE las sanciones o boicots académicos son restricciones discriminatorias sobre las libertades académicas, profesionales y científicas, que niegan o excluyen a médicos y otros de reuniones educacionales, culturales y científicas, y de otras oportunidades de intercambio de información y conocimiento, el propósito de dichas restricciones es protestar por los programas políticos y sociales de los gobiernos, y
CONSIDERANDO QUE dichas restricciones están en contraposición directa con los principales objetivos de la AMM, es decir, alcanzar los niveles internacionales más altos en educación médica, ciencia médica, arte de la medicina y ética médica, y
CONSIDERANDO QUE dichas restricciones afectan la atención médica de manera adversa, en especial de los que están en desventaja, por lo tanto, impiden el objetivo de la AMM de obtener la mejor atención médica posible para todos las personas en el mundo, y
CONSIDERANDO QUE las sanciones académicas producen una discriminación contra los médicos y los pacientes motivada por persuación o decisiones políticas adoptadas por los gobiernos y por lo tanto, están en contraposición con la Declaración de Ginebra, la Declaración de Derechos Humanos de los Médicos y la Declaración sobre la Libertad para Participar en Reuniones Médicas, todas ellas adoptadas por la AMM, y
CONSIDERANDO QUE una regla básica de la práctica médica es «primun non nocere», es decir, primero, no causes daño.

POR LO TANTO, SE RESUELVE QUE la AMM considera que la aplicación de dichas restricciones son decisiones políticas y arbitrarias que se adoptan para negar el intercambio internacional de profesionales y para aislar a ciertos médicos o grupos de médicos, debido a su nacionalidad o programas políticos de sus gobiernos. La AMM se opone firmemente a dichas restricciones y exhorta a todas las asociaciones médicas nacionales a que rechacen la imposición de dichas restricciones por todos los medios de que dispongan y promuevan las Declaraciones de la AMM sobre Derechos Humanos de los Médicos y sobre la Libertad para Participar en Reuniones Médicas.

Adoptada por la 53a Asamblea General de la AMM, Washington Octubre 2002
y eliminadas en la Asamblea General de la AMM, Bangkok, Tailandia, octubre 2012 

Considerando que

  1. Afganistán es uno de los países más pobres del mundo que tiene muchos millones de habitantes que viven bajo el nivel de pobreza. Antes del comienzo de la «Guerra contra el Terror» varios millones estaban amenazados por la hambruna. La guerra ha dificultado aún más las comunicaciones y los medios transportes, lo que ha aumentado el riesgo de muerte de hambre especialmente en las comunidades rurales; y

Considerando que

  1. Los riesgos para la salud son incrementados por la pobreza, la hambruna, los desórdenes de la población y las acciones militares. Los servicios de salud en Afganistán se han deteriorado mucho en una década. Las mujeres han sido excluidas de la educación, incluida la educación superior y la formación en las profesiones de la salud. Las escuelas de medicina y otras instituciones que imparten formación al personal de salud han sido destruidas y se ha perdido a los profesores, lo que deja sin recursos efectivos para educar a nuevo personal y para actualizar y volver a formar a las personas que no han podido ejercer su profesión durante largo tiempo; y

Considerando que

  1. Algunos profesionales de la salud afganos que se fueron de Afganistán durante gobiernos anteriores ahora están interesados en volver al país, al menos por períodos cortos y si se puede garantizar su seguridad, para contribuir con el desarrollo de la prestación sostenida de atención médica; y

Considerando que

  1. La comunidad internacional ha comprometido recursos importantes para reconstruir la infraestructura afgana.

Por lo tanto,

  1. La AMM hace un llamamiento a los gobiernos nacionales y a los organismos internacionales para que compromentan recursos para reconstruir la educación y los sistemas de formación del personal de salud, de modo que los médicos, enfermeras y otros puedan volver a prestar atención médica a la población de Afganistán.
  2. La AMM también hace un llamamiento a los gobiernos nacionales para que permitan a los refugiados afganos en sus países, que tienen calidad de refugiados o equivalente, volver a Afganistán por períodos cortos a fin de que participen en programas de reconstrucción de la infraestructura sin poner en peligro su calidad de refugiados.

Adoptada por la 48ª Asamblea General, Somerset West, Sudáfrica, octubre 1996,
enmendada por la 58a  Asamblea General, Copenhague, Dinamarca, octubre 2007
Y reafirmada con una revisión menor por la 207ª sesión del Consejo de la AMM, Chicago, Estados Unidos, octubre 2017

 

Introducción

La AMM reconoce que los embarazos no deseados y los embarazos demasiado seguidos pueden tener un efecto adverso grave para la salud de la mujer y de sus hijos. Estos efectos pueden incluir la muerte prematura de la mujer. Los hijos en la familia también pueden sufrir hambre, maltrato o abandono, lo que puede producir la muerte o problemas de salud, cuando las familias no pueden alimentar a todos sus hijos. El funcionamiento social y la capacidad para lograr su potencial completo también pueden verse afectados.

La AMM recuerda su Declaración de Ottawa sobre la Salud del Niño y respalda el derecho universal a la salud de todos los niños en el mundo.

La AMM reconoce los beneficios para la mujer que puede controlar su fertilidad. Se le debe ayudar a que pueda elegir por ella misma y también a plantear esto a su pareja. La capacidad de hacerlo por opción y no por azar es un componente principal de la salud física y mental de la mujer, como también de bienestar social.

El acceso a métodos adecuados de control de fertilidad no es universal, muchas de las mujeres más pobres en el mundo casi no tienen acceso. El conocimiento sobre cómo funciona su cuerpo, información sobre cómo controlar su fertilidad y los materiales necesarios para realizar esa elección son derechos universales y básicos para todas las mujeres.

El 5º Objetivo de Desarrollo Sostenible, meta 6 pide el “acceso universal a la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos”.

 

Recomendaciones

La AMM recomienda que las asociaciones médicas nacionales:

  • Promuevan los beneficios de la educación para la planificación familiar, colaboren con los gobiernos, ONGs y otros grupos a fin de proporcionar servicios y asistencia seguros y de alta calidad.
  • Exijan a los gobiernos asegurarse que dicha información, materiales, productos y servicios estén disponibles sin consideración de nacionalidad, credo, raza, religión o nivel socioeconómico.